Justicia y derechos humanos: Un feliz encuentro con Freddy en noche buena

Victor Hugo se sienta en un panel en una mesa y habla por el micrófono mientras un intérprete traduce al lenguaje de señas. Victor usa lentes oscuros.
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La navidad del 2017 tiene para Freddy Málaga un significado especial. Después de 10 años, retorna a su ciudad natal (Arequipa, 1200 Km al sur de Lima) para abrazarse con su madre, hermanas, y familiares y celebrar no sólo esta fiesta universal, sino el haber obtenido un pronunciamiento definitivo del Poder Judicial del Perú que, al fin, le hizo justicia tras una dura batalla legal durante 12 años, en la cual sin la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad y una defensa oportuna, no habría sido posible.

Freddy ingresa a la Marina de Guerra Del Perú en 1992, cuando apenas había cumplido 18 años de edad, lleno de emoción por servir a su patria y así conseguir recursos para su familia en medio de una época muy dura de lucha interna del país contra el terrorismo. Se convierte en enfermero militar.

Freddy cumplía su servicio en un destacamento en la sierra sur del Perú hasta que en noviembre del 2004 en una práctica de rutina, sufre un severo accidente: Sus compañeros de destacamento lo toman por sorpresa y lo lanzan al río. Este, tenía poco caudal y era muy pedregoso. Freddy se golpea la cabeza y la espalda, pierde la conciencia y refiere que despertó semidesnudo en un lugar alejado y estaba sólo; sentía dolor de espalda y cabeza. Tras 4 horas retorna a la base sin recordar exactamente lo que había pasado. Ese día además fue castigado por no retornar con el destacamento.

Tres meses después empezó a sentir diversos malestares, que se agudizan poco a poco hasta las convulsiones; fue evacuado al hospital naval en la ciudad de Lima donde recibe tratamiento por epilepsia desde abril del 2005 y declarado como personal militar en condición de “apto limitado,” por afección contraída fuera del servicio en el año 2007, señalaba la resolución respectiva. Debiendo quedarse asignado en el propio hospital naval para recibir tratamiento médico y cumplir con su servicio militar.

La condición de “apto limitado” según los reglamentos de la Marina se aplica al personal que adquiere alguna afección, pero que le obliga a continuar prestando servicio con restricciones en las actividades que podrían significar riesgo para él o para la seguridad de las personas.

Esa condición implica también no participar de cursos de capacitación puntuables para ascensos, no ser destacados a unidades de su especialidad, no participar de comisiones de servicio en el exterior, no poder trasladarse a trabajar en otra ciudad que no sea el ámbito de Lima y el Callao; una situación que afecta a la persona en su dignidad y derechos fundamentales, sin derecho a elegir.

En mayo del 2017 mientras se desarrollaba en Lima el taller de capacitación del Proyecto RightsNow! con las promotoras y gestoras en plena actividad formativa en la cual participábamos, asistimos a la audiencia ante la suprema corte, y de manera extraordinaria, el Tribunal interrogó a Freddy quien se reafirmó en los hechos y quedó en evidencia su deterioro físico, comunicacional e intelectual. Así quedó la decisión sólo para el voto de los magistrados. Dos meses después se publicó en el sistema informático la decisión final e inapelable reconociendo que la situación de discapacidad en la que se encontraba Freddy se originó a consecuencia del accidente del año 2004 en el Río y que la Marina, en un plazo no mayor a diez días, deberá reconocerle todos sus derechos conforme a ley declarando su pase al retiro pagándole todos los beneficios establecidos a la fecha.

El sistema burocratizado del Poder Judicial, el 4 de diciembre, al cierre de este artículo, oficialmente ha notificado a la Marina de Guerra para que ejecute la decisión; Freddy Málaga esta navidad tendrá una historia con final feliz que contar en la noche buena a su madre y hermanas en el calor del hogar.

Creemos que cuando se tiene un marco legal favorable, y se cuentan con los medios de defensa técnica idóneos, no hay sistema judicial que pueda ignorar la justicia y los postulados fundamentales en que se inspira la defensa de la dignidad de la persona humana y de sus derechos fundamentales.

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